viernes, 2 de abril de 2010

España hace 60 años.

La ponencia del profesor Hassan El Mejidoubi a cerca del Marruecos de hoy en día me recordó en algunos aspectos a la España de los años 50 que me relataba mi abuela y mis padres cuando era pequeño.

Me refiero aspectos, muchos de los cuales, podemos verlos retratados en muchos lugares y situaciones actuales:
  • Sociedades donde el sector económico fundamental es la agricultura.
  • Un índice de analfabetismo muy grande.
  • Una cultura muy antigua y muy rica que no se pone en valor.
  • Un conocimiento muy importante sobre lo que yo llamaría las ciencias de la realidad que tampoco se valora:
    • los ciclos estacionales
    • los cuidados de la tierra y su cultivo.
    • los ciclos de sequía y lluvia.
    • la fauna y la flora del lugar
    • el mantenimiento de los niveles ecológicos: cazar sin esquilmar.
    • sostenibilidad y reciclado forzado por las circunstancias
    • las tradiciones locales
    • el conocimiento que se transmitía de padres a hijos
  • Unas relaciones sociales basadas en la familia y en los amigos o vecinos que tiende más a la colaboración y a la solidaridad que a la competencia.
  • Pocos recursos.
  • Clases sociales muy diferenciadas y una clase media casi inexistente.
  • Industria incipiente promovida por capital extranjero que busca mejorar los beneficios gracias a una mano de obra barata y escasamente cualificada.
  • La emigración hacia el norte de los más fuertes y de los más capaces e inteligentes en busca de una vida mejor
Por emigrantes que conocí e historias que he visto y oído en la televisión, sé que la vida del emigrante español  fue tremendamente dura teniendo que realizar todo aquello que no querían hacer aquellos europeos y apartada de muchos de sus referentes culturales, familiares, de los lugares conocidos, de las tradiciones, de la lengua etc, etc. Igual ocurre a los emigrantes de hoy.

Para los que se quedaron aquí la lucha no fue menor. Se pasó mucha hambre y penalidades; la espada de Damocles de la dictadura siempre acechaba cerca y no había familia que no tuviera miedo por una u otra cosa. Las oportunidades eran escasas y se terminaban pagando. Fue, por tanto, también una vida muy dura.

La población de los países pobres se encuentra hoy en día con un hándicap más: la publicidad constante y machacona de los países ricos (lo único que verdaderamente está globalizado aparte del poder de los que tienen más). y que actúa como un reclamo que casi obliga a los más jóvenes y decididos a jugarse la vida en busca de esa tierra prometida pero que en cuanto lo consiguen el reclamo se desvanece y la realidad impone su ley.

En 60 años que hemos pasado de ser pobres a ricos, hemos olvidado nuestro pasado. 

La cara de la moneda: la numerosa cantidad de personas que trabaja voluntariamente o no por ayudar en estas situaciones, el aumento de la sensibilización y el aumento de las acciones políticas que arriman el hombro.

La cruz: los movimientos extremistas y xenófobos y sobre todo el miedo, en general, que nos produce el contacto con personas diferentes.

Queda mucho por hacer.

Manolo.

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